O lo que viene a ser lo
mismo, comer y correr por Roma. A mi normalmente me gusta contar lo que hago,
pero cuando sale bien más todavía. No hace falta decir que el componente más
importante es la compañía, pero como a Bea no la puedo compartir me quedaré con lo material,
la perfecta combinación de comer y hacer deporte.
Empecemos por el deporte.
Doble sesión de running, una el viernes y otra el domingo. Para el viernes
teníamos series y encontré un sitio genial, curiosamente poco frecuentado por
los romanos, la riba del río Tevere. Desde el Hotel, por cierto un buen
equilibrio entre calidad, precio, localización y desayuno, hasta el Coloseo y
volver para hacer unos 11 o 12km. Bajamos al río a la altura del Castelo Sant
Angelo para salir pasado Trastevere y la Isola Tiberina, vuelta por la zona y
volver. Llano y sin semáforos.
Para el domingo todo lo
contrario, sin necesidad de controlar el ritmo y sin una dirección fija,
corrimos por el parque Borghese y cruzamos Roma de arriba abajo. Queríamos
volver callejeando pero teníamos algo de prisa.
Aquí están nuestros
recorridos.
Y ahora lo importante,
comer. Seguro que Bea tenía razón, y que en Roma se come muy buen pescado, pero
para mi Italia es sinónimo de pasta y pizza (como Argentina lo es de carne),
así que le pedí que las tres cenas fueran 100% hidratos. Tres recomendaciones,
tres aciertos.
La primera noche nos
llegamos a La Montecarlo, entre Plaza Navona y Trastevere. Un lugar genial,
informal, camareros arriba y abajo interactuando constantemente con el
comensal. Hay que tener mucha gracia para hacernos dejar el móvil por un rato o
negarse a darnos queso para los Spaghetti Vongole y no cabrearnos sino todo lo
contrario. De Menú: Flor de calabacín, buffet de antipasti, Spaghetti Vongole y
Pizza 4 formaggio. De película. Precio unos 20euros por comensal.
http://www.lamontecarlo.it/
La siguiente noche nos fuimos al Taverna Trilussa previa reserva (sino imposible). Se trata de un restaurante algo más refinado, con el consiguiente aumento de precio. Casi 40 euros por persona pero bien pagados gracias a dos platos perfectos. El descubrimiento de los spaghetti Cacio e Peppe, una salsa sencilla que lleva lo que dice (además de Matequilla) queso (Pecorino, aunque con Parmesano sirve) y Pimienta. Ya he probado de hacerlos en casa añadiendo algo de agua de la cocción y un poco de Maggi. Finalmente creo que no se puede hacer un plato mejor con apenas dos ingredientes, Tagliatta de ternera con Trufa Blanca. Colosal.
Y para la última noche otra
recomendación Maccheroni cerca del Pantheon. Cuando en la mesa de al lado
tienes a un romano que se ha traído a su primo francés a que pruebe ese
restaurante, te das cuenta que no te has equivocado. Como no, de menú, unos
Maccheronni a l’arrabiata y unos Gnoqui Gorgonzola. Viendo el espectáculo de la
cocina (intentad pedir mesa al lado) nos falto probar los carbonara. De nuevo
unos 20, máximo 25 euros por persona.
http://www.ristorantemaccheroni.com/
Y una sorpresa de última
hora. Después del buen y abundante desayuno pasábamos la comida con un cacho de
pizza en cualquier chiringuito. Para cambiar un poco paramos en un pequeño bar
en el barrio Hebreo y pedimos un shwarma. El mejor que hemos tomado en la vida,
la carne estaba bien, pero las verduras de encima (antipasti al estilo
italiano-hebreo) eran buenísimas. Tanto que pedimos un plato extra solo de
verduras. Id, vale la pena.
Master Kosher
Ésta fue nuestra visita desde el punto de vista culinario deportivo. Dejo a Bea la parte más turística para otra entrada. Muchas gracias a los que nos pasaron referencias, fueron geniales.
Ésta fue nuestra visita desde el punto de vista culinario deportivo. Dejo a Bea la parte más turística para otra entrada. Muchas gracias a los que nos pasaron referencias, fueron geniales.