dimarts, 29 de setembre del 2015

Ultratrail Madrid Advanced 106km

Ja que els catalans tenim la sort o la virtut de ser bilingües, deixeu-me que escrigui en castellà per si a algú li pot ser útil el que explicaré.

¿Cuantas veces agradecemos a la pareja, y decimos que sin ellas/ellos no sería posible? Muchas, pero en pocas los agradecimientos son tan sinceros como en esta ocasión. Y es que las parejas nos acompañaron y nos llevaron de vuelta a Barcelona de madrugada, hicieron de canguro, de supporters, de fisioterapias, nos cocinaron, nos compraron pilas, lloraron, nos esperaron, se preocuparon y tuvieron paciencia.
Salíamos a la 6 de la mañana de Cercedilla con los nervios y la ilusión en perfecto balance. Después de unos kms rápidos empezaba la carrera: una subida con poca dificultad técnica nos llevaba al primer avituallamiento. Un error de señalización (no se pueden marcar dos carreras a la vez y con las mismas cintas y dejar al azar de la noche que los corredores acierten), pues eso, un error importante de señalización llevó a casi todos los corredores hacia un sendero equivocado. Recuperamos no sin cierto agobio el camino hacia el siguiente avituallamiento donde empezaba un tramo algo más técnico hacia Navacerrada. Ahí, bajo mi punto de vista, empezaba la carrera. En general la primera parte eran 40km de subidas hasta llegar a la cima de la primera parte (más de 2.400 metros) y donde empezaban las famosas (y desconocidas por dos catalanes como nosotros) piedras de las cordilleras de la Sierra. Un tramo de pocos metros pero varios minutos donde saltábamos de roca en roca sin mirar hacia abajo (más nos valía). Después prácticamente todo para abajo hasta Rascafría, la larga bajada que los que hacemos ultras sabemos que son lo peor para el cuerpo, quemas kms rápidos y la percepción es que por fin uno se ha librado de esa sensación de agotamiento que provoca la subida, pero los músculos están trabajando sin descanso, y se van cargando y los pies empiezan a sufrir de tanto impacto brusco. Sabemos que tarde o temprano eso tendrá consecuencias pero lo cierto es que bajamos a buen ritmo.

Y en mi las consecuencias llegan rápido, el perfil de la segunda parte se asemeja al de la primera, subida de unos 30 kms para volver a bajar de golpe. Y en las primeras rampas veo que  no voy, ya no me entra el oxigeno y las piernas no tienen la fuerza de antes. Pero subo, detrás de Toni que me empuja, esperando un cambio en el relieve, o más pronunciado o más plano, pero necesito salir de esa subida con poca pendiente que pide a gritos buen ritmo pero que cuesta enormes sacrificios conseguirlo. Y llega el sube y baja que nos lleva al punto clave, al avituallamiento del km 70 previo al tramo más duro de la carrera.
Es en este punto donde ratifico la razón por la que me gusta correr con Toni. Nos entendemos a la perfección: en los momentos duros, seguimos, seguimos los dos, corremos si hay que correr y nos metemos caña mutuamente, “corriendo hacia el tercer árbol” y no esperamos respuesta, uno dice el otro hace, y así tiramos de la cuerda.
Y nos plantamos en la Morcuera, km 76 y 20 kms durísimos por delante, sin avituallamiento, con la noche acechando y una subida vertical delante nuestro. Besos a la familia y para arriba. La subida se hace, sin más, pero las (malditas) rocas de la Sierra convertirán lo que nos habían explicado como un sendero por el que poder avanzar tranquilamente a través de la Cuerda Larga en un complicado terreno de rocas y piedras por los que, suba o baje, se avanza muy lentamente. Y monte tras monte vamos superando toda la cresta esperando que por fin llegue la última subida a la bola. El paisaje es precioso, aunque a esas alturas, a uno le cuesta valorarlo.

Ahí nos juntamos con Chema quien nos ayudará, ya entrada la noche, a buscar las escasas señalizaciones del trayecto que no siempre es evidente. Para el año que viene hay que mejorar, y mucho este punto. Uno está agotado y lo último que quiere es perder tiempo o tenir que estar al 100% para buscar el camino.
Subo bien, ese extraño efecto que tienen los ultras en mi cuerpo que de repente desconecta mi sensación de agotamiento, pero sé que la bajada será una agonía. Esta vez los aductores no me han avisado hasta pasado el km 90, así que ningún problema, pero la rodilla sí se queja y desde hace ya algunos kms. Pasamos la bola y descendemos, lo que para Toni y Chema es un alivio y así lo comentan, para mi es un suplicio, he pasado de subir bien a bajar con mucho, repito mucho, dolor en la rodilla (los ultrarunners somos gilis). Una vez más la compenetración con Toni ha sido clave, yo le he cedido los bastones durante toda la subida, los necesitaba más que yo, pero él enseguida ve que serán claves para mi bajada y no duda en prestármelos para llegar a Navacerrada, dónde con la ayuda del milagroso réflex pierdo sensibilidad y consigo correr de nuevo con alegría.

Con una bajada rápida y una última pérdida del recorrido llegando a Cercedilla acaba nuestra historia en este ultra… Bueno, acaba la primera parte, ya que empieza la siguiente maratón: cenamos algo, nos duchamos y a las 2 de la madrugada estamos en el coche camino de vuelta para llegar a las 8 en punto a la mesa electoral. ¡Qué estrés dios mio!!!
Clasificación
Unos 120 empezaron y unos 60 acabaron
Primero: 14h54''
16 1234 JOSÉ MARÍA GONZÁLEZ RUIZ 18:56:34
17 1304 PAU CORTADAS GUASCH 18:56:34
18 1303 TONI KERPACH MARTINEZ 18:56:36














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